Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Somos caminantas sin camino, pero hacemos el camino al andar porque nunca sabes si vas a volver a casa sana y salva.

“Avisa cuando llegues”, “Ten cuidado”, “Mándame tu ubicación”, “No salgas sola”, “No llegues tarde”, “Que te acompañen a casa” … Resulta cansado que nos repitan que debemos estar alerta cuando salimos, pero la preocupación pesa más. Sin embargo, esa pesadez no resulta de que cada vez que salgas de casa o estés de vuelta estas palabras sean lo último que nos decimos, sino de la pérdida de libertad que se siente al no poder salir sola por la noche y sentirse tranquila.

Nunca estás segura del todo si vas a llegar a casa: miras a todos lados mientras caminas, sacas las llaves a mitad de camino, vuelves en llamada con alguna amiga, tus familiares te llaman en numerosas ocasiones para saber si estás bien, te desvías del camino si notas que alguien está detrás de ti o le pides a algún amigo que te acompañe a la puerta de casa cuando te das cuenta de que un coche merodea cuando empiezas a caminar sola. Cuando finalmente llegas, metes la llave en la cerradura, miras a los lados y entras rápidamente mientras cierras la puerta tras un suspiro de alivio porque has llegado a casa otra noche más, porque sea lo que sea nos puede pasar a cualquiera de nosotras. Da igual el cuidado que tengas, la hora o el lugar que sea o la ropa que lleves puesta.

Esto ocurre en el mejor de los casos. Cuando no es así, también es nuestra culpa. “Era muy tarde”, “No deberías haber salido sola”, “Estabas borracha”, “Eres una histérica”, “También puede pasarle a un hombre”, “Podrías haberte defendido de no haber querido”, “Es que ibas provocando”.

La cultura de la agresión, el abuso y la violación está sobre los hombros de la mujer y acechándola por su espalda. Nosotras no salimos a la calle únicamente con miedo a que nos roben o a sufrir un accidente, sino a seguir siendo víctimas del machismo y de la violencia de género.

Queremos sentirnos seguras, llegar a la hora que nos apetezca, escuchar música en el camino y llegar a casa sin haber pasado un mal trago, pero sobre todo queremos ser libres.

Caminantas es nuestro camino, porque hacemos el camino al luchar.

Por Paula Quintero Delgado (@hierbamuda).